Carlos Cabrera: “En mi literatura hay mucho del campo, mucho del mundo andino cajamarquino”

El escritor cajamarquino Carlos Cabrera Miranda ha construido una obra literaria marcada por la memoria rural y el paisaje andino. Recuerda que, desde niño, las lecturas de aventuras como Los hijos del capitán Grant o Robin Hood despertaron en él el deseo de escribir y de emular a aquellos autores.

Licenciado en Educación, con mención en Filosofía y Ciencias Sociales, por la Universidad Nacional de Cajamarca, Cabrera se ha desempeñado también como editor y promotor cultural, dirigiendo diversas publicaciones y editoriales regionales. En su obra narrativa destacan Los colores del cielo (2002), El venadero y otros cuentos (2018) y Del lobo un pelo (2015). En poesía ha publicado, entre otros, Quietud (2010), Mujer (2012) y El viento y la piedra (México, 2017), este último reconocido con el Premio Internacional de Poesía Editorial Praxis.

Su trabajo de investigación incluye Historia de mi pueblo. San Lorenzo de Matara (2019), escrito junto con Jorge Valderrama. El libro da cuenta de la preocupación social del autor, en tanto surge a partir de su experiencia como teniente alcalde del distrito de Matara durante dos periodos (2003-2006 y 2007-2010). “El distrito de Matara, donde fui regidor, me dio una experiencia importante sobre la vida en el campo”, comenta. Y agrega que, desde ese cargo, pudo observar de cerca las carencias, las brechas sociales y también la dignidad de la vida incluso en los lugares más alejados del país.

Carlos también fue futbolista profesional: jugó en el equipo Universidad Técnica de Cajamarca (UTC) entre 1987 y 1989. “El deporte tiene valores, el fútbol nos iguala a todos”. Su paso por las canchas inspiró su libro El juego de vivir. Memorias de futbolistas (2016) en el que revalora la historias de diversos futbolistas cajamarquinos. Sobre la importancia del deporte en la vida, Carlos la ve como una oportunidad. “Nuestra educación es muy acartonada, y se pierden grandes artistas (y deportistas) porque la vida nos obliga a buscar profesiones para sobrevivir”, sostiene.

En los últimos años, Cabrera ha impulsado la creación de espacios de encuentro entre escritores y lectores. Destaca iniciativas como la Feria del Libro de Cajamarca (FELICAJ) y la Feria Virtual del Libro de Cajamarca, esta última promovida por William Guillén. “Hay una juventud que está saliendo motivada, con ganas de escribir”, sostiene. Y agrega que “lo importante ahora es consolidar esos espacios y darles continuidad”.

Finalmente, algunos escritores han resaltado la originalidad de su mirada sobre el mundo andino. Para Reinaldo Naranjo, el autor “rescata lo mejor del ancestro sin halagos. Aborda los sitios humanos a que pertenece y los comparte. Se trata de una literatura que eleva a condición mayor lo que se insiste en calificar como costumbrismo, literatura rural o indigenismo”. En esa misma línea, la escritora también cajamarquina Socorro Barrantes señala que “la obra de Carlos Cabrera busca reivindicar la vasta sabiduría indigenista y el aporte cultural de la sierra andina, extrayendo de la cotidianeidad la diversidad maravillosa de lo nuestro, que no vemos, no valoramos, que dejamos que las estadísticas mencionen como índices de pobreza”.

Publicaciones

El viento y la piedra (2018)

A través de su lenguaje sencillo y transparente el libro acerca al lector a lo profundo de la naturaleza humana en su perenne diálogo con su entorno. A lo largo de las páginas una voz constante nombra lo ancestral del paisaje y la geografía, por medio de variaciones que dan cuenta de las distintas aristas de la piedra, testigo callado del paso del tiempo y las generaciones. En un ejercicio de asombro sostenido, el poeta teje las imágenes que recrean el cotidiano encuentro con los elementos de una naturaleza que se sabe sagrada, cantada y trabajada por los antepasados, y forja una poética que busca, por medio de la memoria, el encuentro con los otros.
(Mario Roberto Morales, escritor mexicano)

Piedra angular

La piedra angular no es una piedra,
es sueño de piedra.
Es una piedra-sueño que sostiene al alma,
dolor de huesos curvos
lamento de tiempo torneado,
la experiencia al final del círculo.
 
La piedra angular es una canica de sueños
rodando en la palma de la mano
como un corazón de juego.
 
La piedra angular no tiene esquinas,
circula, gira perfecta;
es un trecho de mundo, sin fin,
un camino redondo, un viaje radial.
 
La piedra angular es un ojo de agua
y de hombre, con su viga de puquio.
La piedra del hombre es de carne,
de madera, de trigo,
piedra de cebada y de pétalos,
es el musgo de los días y sus horas vegetales.
 
En la piedra canta el agua un salmo diáfano
y en las rocas y sus manos costureras
se esparcen los encajes de su vestido blanco…
La piedra angular es filtro del agua y del llanto
para que el sufrimiento sea puro y cristalino,
bebible, aunque sea amargo,
y tierno, como mano de niño.
 
La piedra, que se desmorona en sangre,
es un rayo de luz que quiso ser árbol,
un río azul que quiso ser mago,
una pared que quiso ser doncella
un tapial que ansió ser hombre
un pesar humano que quiso ser ala.
 
La piedra angular es la luna
con su sombra de rosa negra
su rastro de blanco espanto
sus sueños de sol diáfano,
la sonrisa menguante y la risa creciente
el lado desconocido del sabio.
La piedra angular es, a veces,
un espejismo de luna: de los soñadores,
de los ebrios de cada estancia,
de los orates de los pueblos, de los cantantes,
los magos y los amantes.
 
La piedra angular duerme en una cruz
canta en un gallo y se lamenta
porque errar es humano.
La piedra angular siembra silencios
cosecha violines que gotean acordes de miel y tierra.
 
La piedra, pretende ser ingrávida,
arriesga su peso como un cirquero
sobre los quebradizos nervios,
deshiladas hiedras del alma, o del cuerpo,
tendidas en el precipicio de la Nada.
 
La piedra angular, sufre, anhela, enferma, calla,
tiene piel de arena y alma de guitarra.
La piedra angular es un latido
sobre una cuerda embrujada.

Carlos Ernesto Cabrera Miranda (Cajamarca, 1963). Escritor, editor y promotor cultural. Licenciado en Educación con mención en Filosofía y Ciencias Sociales por la Universidad Nacional de Cajamarca. Director del medio periodístico y editorial Diario Real, que publica la revista cultural El Rescate. Ha publicado los libros de narrativa Ojos de la noche. Crónicas de misterio (2015), Los colores del cielo (2016), El venadero y otros cuentos (2018) y Del lobo un pelo (2015); los poemarios Columbario (2006), Quietud (2010), Mujer (2012), y El viento y la piedra (México, 2017); y los libros de investigación El juego de vivir. Memorias de futbolistas (2016) y Historia de mi pueblo. San Lorenzo de Matara (2019). Fue finalista en la X Bienal de Cuento Premio Copé (1998) y obtuvo el Premio Internacional de Poesía Editorial Praxis (2017) en México.