Luis Pacho: “No hay puneño que no sea un artista”
Luis Pacho nació en 1969, en Laraqueri, en la zona alta de Puno. Actualmente, enseña en una escuela rural ubicada a 4500 metros sobre el nivel del mar. Luis combina su labor como docente con la escritura y la difusión cultural. Afirma convencido que “no hay puneño que no sea artista”. Y agrega que cada puneño lleva consigo esa impronta artística, no solo en la literatura, sino también en la música, las danzas y el folclore.
Luis recuerda a la tradición oral como su primer contacto con el mundo literario, sobre todo las historias de sus abuelos que lo transportaban a universos míticos. Más tarde, en su infancia, un momento clave fue cuando un sacerdote de Bolivia llegó en su camioneta -repleta de libros- a regalarlos entre los niños, en medio de la plaza central de Laraqueri.
Nos cuenta que empezó a escribir cuando se mudó solo a Puno a estudiar. Recuerda que lo hacía como una forma de conectarse con el mundo. A fines de los 80, llegó a sus manos Osario de los inocentes de Juan Cristóbal. A partir de entonces, empezó a escribir en serio. En ese tiempo, también conoció también la enorme tradición puneña: Churata, Oquendo, Efraín Miranda. También empezó a leer otras tradiciones. “No se puede ser solo puneño, hay que leer también afuera”, nos acota, y destaca el magisterio de los integrantes del grupo Orkopata, quienes trascendieron siempre las fronteras.
En su obra Los huesos de Elías (2021), el aymara y el castellano se entrelazan, pues, como él dice, a veces el castellano no le es suficiente para expresar ciertas vivencias. Luis es parte de la generación de los noventa de la poesía puneña, junto a escritores como Víctor Villegas, Darwin Bedoya y Gabriel Apaza. Junto a Víctor fundó la revista Pez de Oro, un proyecto que sigue vigente luego de más de 21 años después. La revista ha sido un espacio muy importante para la difusión de la poesía y la crítica literaria desde el ande.
Para Luis, la literatura regional no debe ser vista como un límite, sino como una plataforma para dialogar con el mundo. “La literatura no conoce fronteras”, se reafirma, aunque reconoce que la categoría permite dar visibilidad también a escritores peruanos que, de otra forma, no serían reconocidos. En su labor como profesor de escuela, también ve los desafíos que enfrenta la educación en la era digital. “El panorama es complejo”, reflexiona, pero sigue convencido de que la lectura es una herramienta poderosa para transformar vidas.
Publicaciones
Los huesos de Elías (2021)
Artefacto literario en el que convergen el verso, el poema en prosa, el testimonio, la ilustración y la fotografía, Los
huesos de Elías es sin duda alguna el libro de madurez y el más importante publicado por Luis Pacho hasta la fecha. En las certeras palabras de la contratapa que aparecen sin firmar y que cito en extenso, Los huesos de Elías es: “un álbum familiar bajo la égida del abuelo paterno del autor. Sin embargo, también puede leerse como un mural poético del tránsito de la progenie de Elías hacia la urbe en el contexto de la violencia política de los años ’80 y ’90”. (Juan Carlos Galdo)
[El horizonte según Elías]
Una tarde me senté en tus rodillas de bayeta empolvada con harina de quinua y q’atawi. Tus años latían con el peso de la nieve congelada, y la acequia que descendía de Wayllaphujo hablaba como tú. Ahora repito esas palabras cada vez que hablo de ti: róbale la tristeza a los viajeros de la tarde, guarda un ramo de chijchipa y una sonrisa en el bolsillo. Nadie perece en la primera lluvia, nadie se emborracha con el néctar urticante de las ortigas. Sabrás de los sueños que he roto en los wiris del barbecho, las veredas que destrocé en noches de luna y las yuntas que ofrendé a los dioses. Serás como yo, q’ellon q’ello de cerro arriba, iru ichu de cordillera, granizada sin final. En tus manos no se quebrará el lápiz que encontraste ni se eclipsarán las vocales en tu cuaderno. La leche que bebes de la vaca consagrada a ti, te llevará más allá de estos linderos. Quizás te pierdas como el viento de la tarde, quizás te conviertas en ese pez que olvidó sus escamas en mis entrañas, pero sé que hallarás el río que te vio crecer. Una carretera edificará tus sueños y sabrás que los cuentos de aparecidos, muertos, locos y amartelados, son solo eso: cuentos. No existen sus ojos desorbitados ni la piedra donde sacrificaron al último hijo del hacendado más poderoso de la comarca. Recuerda, venimos de un lago poblado de libélulas, totoras, llantenes, llachus y miles de aves volcándose en picada hacia el furioso hoyo de mi corazón. Ya estuvimos en Wallqani contemplando la eternidad de esos huesos que fuimos. Ahora abre el cuaderno y escribe un pedazo de mi vida; todo lo que queda de Asiriri estará allí. No lo olvides: has nacido de la arcilla roja de mi sangre y has crecido sembrando hierbas silvestres. Dales a tus hijos un poco de mí, llévales tierrita de Takuni, sabes que calman el hambre y el mal de susto. Háblales del cielo que crece en ti, sabes que lloverá sol y hielo, fuego y nieve. Luego, corre a Soqesani, sumérgete en ese río que te puso el nombre y escucha mis palabras detrás de las pircas antiguas, donde aguarda tu canto y tu mirada, aparte de tu pudorosa desnudez.
Luis Pacho (Laraqueri, Puno, 1969). Ha estudiado Docencia y Derecho. Ha publicado los libros de poesía: Geografía de la Distancia (2004), Horas de sirena (2010), Noche en velas (2017), Inventario de relámpagos y otros cantares de q’arabotas (2019) y Los huesos de Elías (2021). Los libros de cuentos: El retorno del Puquina y otros cuentos breves (2011) y La otra mirada (2013); y, la compilación: La fiesta de la virgen de la Candelaria en la literatura puneña (2015), en coautoría con Victor Villegas. Obtuvo premios y menciones en diversos concursos de poesía y cuento. En la actualidad codirige la revista de literatura y cultura Pez de Oro; y, Thumus, periódico cultural de la revista Pez de oro.