Yemira Maguiña: “La poesía no está centralizada, las que lo están son las instituciones”

Yemira Maguiña (Puno, 1990) es docente, madre y escritora. Lo menciona en ese orden mientras observa, desde lo alto de la ciudad, la escuela Independencia Nacional Puno donde enseña. Creció en Huancané, a dos horas de Puno, en un lugar donde la poesía se manifestaba en la naturaleza, en sus sonidos, en sus silencios, y también en sus tradiciones.

Recuerda que su primer contacto con las historias ocurrió a través de un libro sin tapa que contenía relatos sobre condenados y pactos con el diablo (presumiblemente, un compendio de Arguedas e Izquierdo Ríos). Yemira lo leía en secreto, llevándolo consigo, incluso hasta el colegio, hasta que finalmente fue descubierta. Estas primeras lecturas la conectaron con la literatura y con esa necesidad de contar historias, no necesariamente como una profesión, sino como algo tan vital, casi como si fuera un brazo más.

Su madre aymara, Benilda Cutipa Luque, también fue fundamental en su relación con la literatura. Aunque no le enseñó el idioma debido a la discriminación que enfrentaba, Yemira recuerda que su madre le transmitió una forma de ver el mundo a través de la tradición oral aymara. Gracias a ella, se acercó a su propia identidad. Recuerda, sobre todo, las noches sin luz, iluminadas por una vela, que se transformaban en el escenario ideal para que su madre les narrara historias.

En cuanto a sus costumbres de escritora, Yemira confiesa que no sigue un método específico, pero que siempre lleva cuadernos donde anota ideas. Solo escribe cuando siente una necesidad imperiosa de hacerlo. “Todavía estoy en la era anterior”, dice, refiriéndose a la cantidad de cuadernos llenos de apuntes.

Como docente, Yemira resalta la importancia de la escuela como espacio para acercar a los estudiantes a la literatura. Sin embargo, también reconoce que las estrategias y lecturas deben adaptarse a estos nuevos tiempos audiovisuales. Del mismo modo, cree que la literatura, así en general y no regional, debe ser vista como una herramienta social que critique y cuestione el entorno. En esa misma línea, Yemira es crítica de la centralización de las instituciones literarias en Lima y afirma que la literatura de Puno debe apuntar, no solo a los tradicionales tópicos de la región, sino que debe entenderse como una literatura que puede hablar de todo.

Publicaciones

Arco Amoris (2015)

Arco Amoris reúne poemas de la época adolescente de la autora. Refleja la angustia, el desorden de las emociones, la incógnita sobre el sentido de la vida y una especial mirada hacia su ser que adopta colores y formas de animales o flores. Es un primer intento de recrear las experiencias dolorosas para deshacerse de ellas y encontrar el equilibrio en el olvido, el tiempo y el amor.

Orina

Se ríen de mí
ante mis ojos
se ríen porque me orino
y yo me orino porque se ríen de mí
me orino de la vergüenza
me orino y lloro.
 
Alguien me pregunta por qué no me parezco a mi madre
si todas sacamos los ojos
la boca
el porte, me dice.
 
Es que sí, resulta que no es mi madre
el mito de la madrasta conmigo es real
me golpea
redondea sus ojos
para mostrarme lo china que debió ser la chola que me parió
me hace cuidar al hermanastro que aborrezco
porque me patea
porque a él le dan un beso
y a mí un “acuéstate rápido”.
 
Mi padre no me cree
cuando le cuento que fui yo quien lavó su ropa
no me cree
aunque huelo a cloro y a letrina.
 
No quiero orinarme mañana
pero cuando salga al recreo
mirarán mi panza hinchada
y mis piernas flacas
(la desnutrición también se ve así)
ellas no saben eso: que no me dan comida
solo saben de mi panza y mis piernas flacas.
 
Una chica
a escondidas
me ayuda con las tareas
pero nunca me defiende
tal vez la hicieron llorar antes
y tiene miedo
tal vez soy solo una experiencia más
un acto de caridad
un apellido en la lista escolar
que se llena de rojos/azules/de faltas.
 
¿Por qué no huyo de sus ojos mientras me orino?
Las piernas no me responden
quedará la mancha de orina en el piso del salón
quedará mi vergüenza en sus recuerdos y en los míos
pero mi falda estará intacta
como una campana café
que anuncia la salida del colegio
y el fin de un día miserable.

Yemira Maguiña Cutipa (Huancané, 1990). Estudió en la Universidad Nacional del Altiplano de Puno la especialidad de Lengua, Literatura, Psicología y Filosofía. Estudió la Maestría en Lingüística Andina y Educación, y el Doctorado en Educación en la misma universidad. Ha realizado trabajos de edición y publicación con su editorial independiente Anaquel. Publicó su primer libro Arco Amoris en el 2015. Ha sido antologada en libros como Silueta (2015), Otoño Azul (2018). Muestra de narradoras puneñas (2019), En octubre sí hay milagros (2019), Camino al Este, Fondo de Cultura económica (2020), Tu Voz Existe II (2020), Qantu y Barricada (2023). Actualmente ejerce la docencia y es parte del comité del Club de lectura Brujas Literarias.